En un precioso día soleado y al murmullo del río. El pueblo de Felechosa despidió ayer a su querido vecino Felix.
La primera persona que intervino para recordar la gran humanidad de nuestro querido compañero, camarada y amigo, nos conmovió especialmente con sus palabras, que las hacemos nuestras por que no pueden expresar mejor el gran sentido de la Justicia Social y el gran sentido de la solidaridad que siempre acompañó a Felix en sus actos.
Esta persona en su intervención nos explicó que habían elegido El Parque de La Ermita para llevar a acabo el homenaje por ser uno de los lugares favoritos de Felix, donde había plantado un carrasco, un olivo y lo había cuidado para disfrute del pueblo como espacio público, por que Felix defendía lo público en el sentido de defensa del pueblo, de su pueblo como lugar geográfico al que dedicó años al estudio de su historia y la de sus gentes, pero también en el sentido socio-político de pueblo, como la parte más indefensa de una sociedad dominada por un poder que ahora llamamos Casta y por ese sentimiento de lo público había dedicado esfuerzos a la defensa de sus compañeros de trabajo, de sus vecinos y vecinas, de su gente... Y se despidió el orador con los últimos versos del poema que Miguel Hernandez dedicó a su gran amigo Ramón Sijé:
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Y terminó como también queremos terminar sus compañeros y compañeras de muchos años compartiendo trabajo e ilusiones y aprendiendo de su ejemplo:
Donde quiera que estés:
Muchas gracias Felix
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