A pesar de todos los problemas existentes, el Ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, sigue con su intención, ya anunciada cuando fue Secretario de Estado de Justicia en la época en que fue Ministro de Justicia Francisco Caamaño, de suprimir los Juzgados de Paz y los partidos judiciales centralizando todos los órganos judiciales en las capitales de provincia, esto es, implantar finalmente los tribunales de instancia, dejando en las poblaciones más pequeñas oficinas municipales.
Se suprimen los Juzgados de Paz, pero de forma sutil, creando las denominadas Oficinas de Justicia, manifestando que suponen un avance y una mejoría para la ciudadanía, cuando todo ello supondría un nuevo retroceso para sus derechos y para los del personal de la Administración de Justicia.
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